Lentes Metálicos

Para mantener tus lentes de metal en perfecto estado, es importante seguir algunos cuidados básicos:

1. Limpieza regular: Utiliza un paño de microfibra suave y una solución de limpieza específica para lentes. Evita el uso de productos químicos agresivos que puedan dañar el metal o las lentes.
2. Guárdalos adecuadamente: Cuando no estés usando tus lentes, guárdalos en un estuche rígido para protegerlos de golpes, caídas o rayones.
3. Evita la exposición a altas temperaturas: El calor extremo puede afectar la forma de la montura metálica, por lo que es mejor mantener tus lentes lejos de fuentes de calor directo como el sol o el interior de un auto caliente.
4. Ajuste regular: Las monturas metálicas pueden aflojarse con el tiempo. Visita a un especialista para ajustes periódicos y asegúrate de que siempre se ajusten perfectamente a tu rostro.

Siguiendo estos consejos, tus lentes metálicos no solo mantendrán su apariencia, sino que también su funcionalidad y durabilidad.

La elección entre lentes de metal o de plástico depende de tus necesidades y preferencias personales:

• Lentes de Metal: Son conocidos por su durabilidad y resistencia, siendo ideales para quienes buscan un diseño elegante y delgado. Los lentes metálicos suelen ser más ligeros que los de plástico, especialmente si están hechos de materiales como el titanio. Además, ofrecen una estética moderna y sofisticada que se adapta a diferentes estilos.
• Lentes de Plástico: También conocidos como lentes de celuloide o acetato, suelen ser más económicos y ofrecen una mayor variedad de colores y estilos. Son más flexibles y pueden ser más cómodos para quienes necesitan una montura más gruesa. También son menos propensos a doblarse o deformarse, lo que los hace ideales para actividades al aire libre o para niños.